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Son miles, aunque muchos se empeñen en negarlo, los hombres inocentes condenados por un delito de Violencia de Género con la única prueba de la declaración de la supuesta víctima.

Estos hombres son condenados mediante juicios sumarios que suelen ser casi siempre “una representación teatral” ya que en su gran mayoría los hombres entran en el acto del juicio con su presunción de inocencia quebrantada.

Miles de juicios son celebrados cada día sin ninguna garantía judicial, el hombre no entra como acusado, sino como culpable que ha de demostrar su inocencia, porque en este país la palabra de una mujer tiene presunción de veracidad, como si una mujer no pudiese mentir.

Vivimos en el único país del mundo donde las denuncias falsas por Violencia de Género, al parecer no existen, porque es socialmente reprobable insinuar siquiera que una mujer puede mentir.

Según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)  las denuncias falsas no llegan al 0,01% . Pero ¿cómo se obtiene este dato? Pues bien, en este país solo se consideran denuncias falsas en casos de Violencia de Género aquellas que la propia denunciante reconoce como falsas (roza lo ridículo pensar que una persona va a reconocer haber interpuesto una denuncia falsa) o aquellas en las que se “pilla in fraganti” a la denunciante, como el caso de la mujer que denunció  a su expareja por incumplimiento de orden de alejamiento, cuando éste llevaba más de 9 meses muerto; el resto de los casos son archivados sin consecuencia alguna para la falsa denunciante.

Así, salvo contadísimos casos excepcionales, todas las denuncias son mecánicamente consideradas ciertas, y pasa a ser el acusado quien ha de demostrar su inocencia.

Dada esta manera de proceder en los juzgados, saber cuántos inocentes hay en estos momentos encarcelados sin más prueba que la declaración de la denunciante es casi imposible, y eso sin contar que los condenados a una pena de prisión menor de dos años no son encarcelados pero vivirán con antecedentes penales durante años.

En innumerables ocasiones, cuando en la sala del juicio  se deja de grabar, muchos jueces reconocen no  haber pruebas suficientes, pero “por si acaso” deben condenar, porque la ley es la que es…. Buen argumento, si señor!!!

Sin duda el miedo y los perjuicios imperan en los Juzgados, y los abogados que levantamos la voz, somos llamados al orden! No están permitidas las verdades incómodas!

Pero, llegados a este punto cabe preguntarse cuál es el motivo de que una mujer interponga una denuncia falsa, voy a enumerar varias y poderosas razones para ello:

  1. Muchas solicitudes de  custodia compartida solicitadas por los padres son inmediatamente  desestimadas cuando existe una denuncia por Violencia de Género. Y por todos es sabido, que con la custodia compartida ni hay pensión de alimentos, ni uso exclusivo de la que un día fue la vivienda familiar.
  2. Al existir una denuncia por Violencia de Género, el divorcio o las medidas paterno filiales, en lugar de ser tratadas por un juzgado de lo civil, pasan a un juzgado de lo penal especializado en Violencia contra la mujer, ¿sospechan ustedes a quien suelen beneficiar estos juzgados?.
  3. Interponer una denuncia por Violencia de Género, a una mujer le sale gratis sea cual sea su situación económica, mientras que un hombre si no puede acceder a Justicia gratuita ha de pagarse un abogado (y dependiendo del procedimiento, también un procurador) Se imaginan el desgaste económico y emocional que ello supone?

Así como diría la canción “nos sobran los motivos”, en este caso “les sobran los motivos”, la Ley Integral de Violencia de Género es una ley discriminatoria, que algunas mujeres sin escrúpulos utilizan para conseguir sus objetivos por la vía rápida.

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